"Sonó su celular. Era Tom. No, no iba a atenderlo. Se había jurado dejarlo en paz, aunque eso le doliera a ambos, dejarlo seguir su vida.
No podía volver el tiempo atrás y guardarse los besos que le había dado a Gastón, dejar de lado aquel pasado. Pero podía cambiar el futuro, el de ella y el de ellos.
No volvería a hablar con Tom, no lo vería, no siquiera le enviaría un mensaje al celular. Contenerse, respirar y esperar.
Esperar que él entendiera que no lo hacía porque era egoísta, aunque así se sentía, sino porque lo quería, lo amaba. Había aprendido a hacerlo.
Pero, ¿Acaso no había sido egoísta? Ella recordaba muy poco de cómo era antes de Tom, pero algo sabía.
Se acordaba de que hubo alguien más, que no hay necesidad de nombrar, alguien a quien amó por meses, a quien llamó, porque de verdad lo sentía, "amor de su vida". Pero la vida es cruel, y ese alguien no le correspondió. Entonces ella, enojada, dolida acudió a Tom. Y éste la salvó de sí misma.
Y ahora se preguntaba si realmente lo había amado como ella decía que lo hacía. Si lo había sentido alguna vez tan profundo. Y si no, ¿De dónde habían salido todas esas lágrimas en cada despedida? ¿Y las promesas?¿Los proyectos?
Se sentía egoísta, mentirosa, falsa. Cómo todo eso que tanto odiaba.
Ella se había convertido en lo que más odiaba.
Gastón trata de encaminarla, la protege de sí misma, al igual que Tom.
Entonces, ellos se parecen bastante. La quieren y dicen dejar todo por ella. La cuidan, la consuelan.
Julieta sólo espera que aquel hueco que siente en el pecho que hace que quiera gritar, desaparezca."
No hay comentarios:
Publicar un comentario